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Como Emprendedor necesitas más Eficiencia. ¡He aquí algunos tips! – Parte III

jueves, 21 de abril de 2016

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Deja reposar una decisión importante durante 24 horas
“Un buen hábito, que me funciona, es dejar reposar una decisión importante durante 24 horas o incluso un fin de semana. Si el lunes sigo pensando lo mismo, no hay tiempo que perder para poner en marcha la decisión. De esta forma evitamos cometer errores de bulto y tomar decisiones en caliente”, sugiere el emprendedor Carlos Alberto Pretel.

“Una cosa que me ha enseñado mi profesión [este emprendedor es arquitecto] y que, como es lógico, aplicamos en nuestra empresa, es el hecho de dejar reposar las ideas. A veces cuando estás desarrollando algo y te encuentras tan metido no eres capaz de ver su deficiencias porque las quieres defender a capa y espada, pero el tiempo te permite esto mismo, coger distancia y poder volver a moldear esa idea. El tiempo me permite coger distancia de la idea y verla con un sentido mucho más crítico”, coincide Joaquín Juberías.

Busca un sr. Lobo para gestiones sencillas
“Una persona de confianza de mi equipo tiene las claves de todos mis correos y redes, así que si hay algo urgente en cualquier momento, puede entrar y solucionarlo. Es mi señor Lobo”, explica Mariel.

“He aprendido a decir NO cuando sé de antemano que algo no me va a encajar en la agenda o será un esfuerzo importante que no me compensa. Desgraciadamente, no puedes contentar a todos y eso es algo que he tenido que aprender”, insiste Jericó.

Jim Collins, autor de Empresas que caen y otras que sobreviven (Deusto Editorial), va un paso más allá que Pilar Jericó y ha llegado a acuñar el término de stop-doing lists, formalizar por escrito a qué cosas estas dispuesto a renunciar antes de que te las planteen, para que cuando te las planteen no tengas que pensar si aceptas o no: ya sabes que no lo vas a hacer.

Trabaja en días festivos
“Trabajar en festivos cuando lo necesito para una mejor conciliación de vida laboral y familiar. Aunque pueda parecer contradictorio, a veces dedico tres o cuatro horas de trabajo en días festivos. Es un tiempo bien aprovechado, que me permite avanzar trabajo y rentabilizar la dedicación. A lo largo de una semana, entre llamadas, emails y reuniones varias, resulta muy complicado poder dedicarse en profundidad a abordar determinados temas. Este avance en el trabajo de fondo me permite, en muchas ocasiones, ganar tiempo para poder invertirlo en la vida familiar/social durante la semana (escaparme algún día a buscar a mis hijos al colegio, por ejemplo.). Sin avanzar determinado trabajo, estas horas libres me resultarían imposibles”, propone Xavier Casado, director de la agencia de comunicación Q&A Imagen.

Responde como se merece
“El correo electrónico se ha convertido en la puerta de entrada para distintos tipos de comunicación dentro de la empresa: preguntas rápidas entre compañeros de trabajo, invitaciones, mensajes de nuestra familia y amigos, información, y una larga lista de cosas en las que, sencillamente, no estamos interesados. Nos hemos acostumbrado a responder rápido y a veces se pierden las formas. Para evitarlo, he desarrollado el hábito de marcar los correos que necesitan una respuesta formal, seria, y no los respondo hasta la última hora del día (la que sea) y sólo respondo rápido a los correos urgentes internos del equipo”, indica Jorge Mas.

“Me fijo en la agenda salir a realizar entregas de compras a clientes [este emprendedor dirige un supermercado online] cada seis meses y así estar cerca de los repartidores”, explica Jaume Gomá, cofundador y CEO del supermercado online Ulabox. “También he convertido en hábito realizar atención al cliente tanto por teléfono como por mail o redes sociales una vez por semana”, añade.

La regla de las 24 horas del buen comercial
Antes de finalizar la primera reunión, tienes que fijar un segundo paso para no perder el contacto. Si tu producto o servicio ha gustado, te pedirán una propuesta económica. No debes tardar más de 24 horas después de la reunión comercial para agradecer por e-mail la reunión, enviar la propuesta económica, si te la han solicitado, y añadirle en Linkedin como nuevo contacto.

Trabaja desde un lugar distinto
"Ocasionalmente, trabajar desde otro lugar distinto al habitual me ayuda a lograr la máxima dedicación y energía hacía el proyecto que estoy gestionando en ese momento”, comenta Carles Argemí.

“Cuando necesito estar aislado, cojo el portátil y me voy a trabajar a una cafetería o un lugar público donde pueda tener Internet”, reconoce César Mariel.

En ese mismo sentido, David Cremades nos comenta que “siempre que necesito pensar en temas más estratégicos o solucionar temas más concretos, intento aislarme en alguna sala para estar más tranquilo y sin ninguna distracción”. Vamos, que no siempre necesitas salir de tu oficina.

Intercambia tareas entre distintos perfiles
"Es también importante convertir la multidisciplinariedad en hábito. En mi empresa, aunque cada uno de los socios sea el responsable de un área de determinado de la compañía, nos vamos intercambiando tareas que deberían de hacer otros compañeros. Este modo nos permite aportar ideas nuevas a diferentes temas y poner en crisis el trabajo de otros. Aunque cada uno es el responsable de algo, siempre es importante perder esta responsabilidad y tener un sentido crítico que ayude a la mejora de la idea de negocio”, recomienda Joaquín Juberías.

“Un perfil muy creativo (un financiero, un comercial o un profesor) tiene formas distintas de ver la vida y afrontar los problemas. Hay que aprovecharlo”, coincide Arrufat.

Prepara un guion y asigna tiempos a temas y personas en las reuniones
“Para lograr reuniones más efectivas, dedico siempre un tiempo previo exclusivo y proporcional a la importancia que le doy a la reunión. Me ayuda a visualizar los objetivos y resultados deseables en la reunión (que siempre apunto) y lo que considero más importante, la dinámica teniendo en cuenta a los protagonistas de la misma. De esta forma, cuento con una especie de guion que evita navegar sin rumbo en temas que no tocan o tiempos indefinidos y contempla una participación activa de los presentes, ayudando a que hable no sólo el más hablador si no el que interesa que de verdad aporte en las propuestas o decisiones”, apunta Borja Recolons, CEO de la tienda online de ventas flash Mequedouno.

La reunión de los tres minutos
“Para la organización del equipo hacemos lo que llamamos la reunión de los tres minutos semanales. Cada uno de los miembros del equipo tiene que llevar una gestión de las tareas y tracking de horas en redbooth, pero para que todo el mundo se entere de qué ha hecho cada uno procuramos tener una reunión semanal (esté yo o no). Es una manera de que todos los miembros del equipo sepan que están haciendo cada uno. Consiste en que tenemos un sistema de organización Kanban montado en nuestras paredes de pizarra y todos tienen que tener preparado post-it con las tareas que han hecho durante la semana vigente y que han planificado hacer para la próxima. Tienen tres minutos para contarlo todo y si alguien quiere más información, lo que tiene que hacer es reunirse con esa persona cuando haya pasado la reunión, pero con un máximo de 10 minutos. Les sirve para ver si ellos están cumpliendo los objetivos que se plantean ellos mismos y para pedir ayuda en caso de que haya una tarea que se esté encallando”, desgrana César Mariel. 


Fuente de Referencias:
- http://www.emprendedores.es/
- http://dle.rae.es/                (Diccionario de la Lengua Española - Edición del Tricentenario)

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