¿Cuidados esenciales para la salud? ¿Quién practica eso? ¿Mi corazón es tan importante solo cuando viene el infarto? ¿Los latidos de mi corazón realmente me importan?
Una buena salud para el corazón no solo es el alimento que consumimos,
sino también el vivir día a día teniendo excelentes relaciones interpersonales:
amar a tu prójimo, liberarse del estrés, ayudar a los demás, entre otras cosas.
Observemos estos pasajes poderosamente escritos en la Biblia:
“Sobre
toda cosa guardada guarda tu Corazón; Porque de él mana la vida.” (Proverbios
4:23 – Reina Valera 1909)
“Porque
de la abundancia del Corazón habla la boca.”
(Mateo 12:34 - Reina Valera 1909)
Todo lo que vivimos, amamos, anhelamos, pensamos y hacemos proviene del
corazón. Así que, tratemos de brindarle a éste salud física y bienestar
emocional para llevar una vida feliz y placentera.
Ahora, veamos lo que nos dice Leonardo Boff:
Actualmente se constata una fecunda discusión filosófica sobre la
necesidad de rescatar la razón cordial, como limitación a la excesiva
racionalización de la sociedad y como enriquecimiento de la razón
instrumental-analítica, que dejada a su libre curso, puede perjudicar la
correcta relación con la naturaleza, que es de pertenencia y de respeto a sus
ciclos y ritmos. Mencionemos algunos derechos de la dimensión del corazón.
Protege el corazón que es el
centro biológico del cuerpo humano. Con sus pulsaciones riega con sangre
todo el organismo haciendo que viva. No lo sobrecargues con demasiados
alimentos grasos y bebidas alcohólicas.
Cuida el corazón. Es nuestro
centro psíquico. De él salen, como advirtió Jesús, todas las cosas buenas y malas.
Compórtate de tal manera que tu corazón no necesite sobresaltarse ante riesgos
y peligros. Mantenlo apaciguado con una vida serena y saludable.
Vela tu corazón. El representa nuestra
dimensión profunda. En él se manifiesta la conciencia que siempre nos acompaña,
nos aconseja, nos advierte y también nos castiga. En el corazón brilla la
chispa sagrada que produce en nosotros entusiasmo. Esa conciencia es la que nos calienta e ilumina.
El sentimiento profundo del corazón nos convence de que el absurdo nunca va a
prevalecer sobre el sentido.
Cultiva la sensibilidad, propia
del corazón. No permitas que sea dominada por la razón funcional. Armonízala con
ella. Por la sensibilidad sentimos el corazón del otro. A través de ella
intuimos que también las montañas, los bosques y las selvas, los animales, el
cielo estrellado y el mismo Dios tienen un corazón pulsante. Finalmente nos
damos cuenta de que hay un solo inmenso corazón que late en todo el universo.
Ama tu corazón. Es la sede del amor. El amor
que produce la alegría del encuentro entre las personas que se quieren y que
permite la fusión de cuerpos y mentes en una sola y misteriosa realidad. El
amor que produce los milagros de la vida por la unión amorosa de los sexos y la
entrega desinteresada, el cuidado de los más desvalidos, las relaciones
sociales inclusivas, las artes, la música y el éxtasis místico que hace a la
persona amada fundirse en el amado.
Ten un corazón compasivo que
sabe salir de sí y ponerse en el lugar del otro para sufrir con él, cargar
juntos con la cruz de la vida y también juntos celebrar la alegría.
Abre el corazón a la caricia
esencial. Es suave
como una pluma que viene del infinito y, con el toque, nos hace percibir que
somos hermanos y hermanas y que pertenecemos a la misma familia humana que
habita en la misma Casa Común.
Dispón el corazón para el
cuidado, que hace al otro importante para ti. Él sana las heridas pasadas e impide
las futuras. Quien ama, cuida y quien cuida, ama.
Amolda el corazón a la ternura. Si quieres perpetuar el amor
rodéalo de ternura y de gentileza.
Purifique día a día el corazón
para que las sombras, el resentimiento y el espíritu de venganza, que también anidan en el
corazón, nunca se sobrepongan al bien querer, a la finura y al amor. Entonces,
tu corazón latirá al ritmo del universo y encontrará reposo en el corazón del
Misterio, la Fuente originaria de donde procede todo, que nosotros llamamos
sencillamente Dios.
Estas cinco recomendaciones que
refuerzan el amor están llenas de sentido.
1. Pon corazón en todo lo que
pienses y en todo lo que hagas. Hablar sin corazón suena frío e
institucional. Las palabras dichas con corazón llegan a la profundidad de las
personas. Se establece entonces una sintonía fina con los interlocutores u
oyentes que facilita la comprensión y la adhesión.
2. En el razonamiento
articulado procura poner emoción. No la fuerces porque ella debe
revelar espontáneamente la profunda convicción de lo que crees y dices. Sólo
así llega al corazón del otro y se hace convincente.
3. La inteligencia intelectual
fría, que pretende comprender y resolver todo, genera una percepción
racionalista y reduccionista de la realidad. Pero también el exceso de razón
cordial y sensible puede decaer en el sentimentalismo almibarado y en proclamas
populistas que alejan a las personas. Hay que buscar siempre la justa medida
entre mente y corazón pero articulando los dos polos a partir del corazón.
4. Cuando tengas que hablar a
un auditorio o a un grupo, procura entrar en sintonía con la atmósfera que hay
allí. Al
hablar, no hables solo desde la cabeza, da primacía al corazón. Él siente, vibra
y hace vibrar. Las razones de la inteligencia intelectual solo son eficaces
cuando vienen amalgamadas con la sensibilidad del corazón.
5. Creer
no es pensar en Dios. Creer es sentir a Dios desde el corazón. Entonces nos damos cuenta de
que estamos siempre en la palma de Su Mano y que una Energía amorosa y poderosa
nos ilumina y calienta, y preside los caminos de la vida, de la Tierra y de
todo el Universo.
¡Hasta aquí terminan sus palabras!
Y razonamos: Hablando de Dios: ¡Ese es el Ser Supremo, el Dios personal y amoroso, Creador del Cosmos y de todo lo que vemos y no vemos, El es Dios! ¡Nuestro corazón debe y tiene que ser habitación Suya!
¡Hasta aquí terminan sus palabras!
Y razonamos: Hablando de Dios: ¡Ese es el Ser Supremo, el Dios personal y amoroso, Creador del Cosmos y de todo lo que vemos y no vemos, El es Dios! ¡Nuestro corazón debe y tiene que ser habitación Suya!
Fuente de Referencias
consultadas:
Brasilia. Por Leonardo Boff /
Servicios Koinonía. | 27 febrero de 2016
Que lindo tema me gusto mucho
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