Continuando
con la Biografía de Bill Gates, decía que:
En un
período corto de tiempo, Microsoft había crecido vertiginosamente y por
ende, se había convertido en el estándar de la industria, de esta forma, el
señor Gates consiguió salir exitosamente en la portada de Time por
primera vez (saldría seis veces más) como el hombre que había hecho magia con
chips - su amigo Paul Allen ya estaba aquejado de un cáncer y
no podía llevar el mando de la empresa. "En realidad, todo el éxito de
Gates se basó en aquel contrato con IBM", dice Brian Subirana, profesor de
Sistemas de Información de la escuela de negocios IESE (Universidad de
Navarra). Pero el programa de Microsoft era aún muy tosco de manejar; casi para
especialistas.
Sin
embargo, otro joven talentoso e innovador, el chico Steve Jobs, quien
también había abandonado la universidad, agregaría un ratón para
pinchar y mover las cosas con más simpatía en sus ordenadores Apple. La
pantalla se llenaba de figuras e iconos que representaban objetos naturales
como papeleras o carpetas. Gates visitó a Jobs y, fruto de su colaboración,
nacieron los programas Microsoft Word y Excell, dos productos sin los que hoy
no se podría vivir en el mundo de la informática. Pero Apple no quería que su
sistema fuera compatible con ningún otro, de modo que Gates se llevó su invento
y lo adaptó a los PC. Y haría algo más, construir un nuevo programa informático
que convertía la pantalla en una forma más divertida de manejar el ordenador, a
través de un ratón y unas ventanitas. Lo llamó Windows (ventanas,
en inglés).
Salida a
bolsa y Windows 3.0. Gates se convierte en un "simple" cienmilmillonario
A medida que los programas de Microsoft invadían el mercado, nuevos y más
audaces fabricantes entraron en el negocio de la informática: algunos
descollaron, como Dell, Compaq y Toshiba, y otros se estrellaron como Amstrad.
Gates necesitaba dinero para seguirles el ritmo y ofreció a IBM la tercera
parte de Microsoft, pero el gigante, quizá enfermo de soberbia, rechazó la
oferta. Entonces, en 1986, Bill decidió sacar su empresa a bolsa y dado
que la mayor parte de sus empleados eran accionistas, les convirtió en
millonarios de la noche a la mañana. La acción salió a un precio de 21
dólares (casi 16 euros) y en pocos segundos subió a 29 (algo más de 21 euros).
Los brokers se quedaron boquiabiertos.
Lo cierto es que a mediados de los noventa sus programas corrían por el
90% de los ordenadores del planeta. Fue entonces cuando la magia de Gates
comenzó a sufrir duros golpes y sería acusado de aniquilar a sus competidores.
Surgió una nueva faceta de Gates, el hombre de cemento. Cuando los jueces de EE
UU le preguntaban si había enviado a sus subordinados correos con órdenes para
monopolizar el mercado, Gates respondía con un simple "no lo recuerdo".
Las pruebas eran evidentes. Poco después de que Netscape sacara su
buscador Navigator, Microsoft presentó el Explorer. La ventaja de Gates era
que cada ordenador venía de fábrica con el sistema operativo de Microsoft y de
paso se colaba el Explorer. Un año después, Explorer había ganado la batalla.
¿No se llama a esto abuso? "En el mundo de la programación en el cual
nosotros trabajamos sólo importa una cosa: beneficiar a los consumidores",
respondió en 2005 Gates cuando los periodistas de Der Spiegel le clavaron esa
pregunta.
Según Gates, su compañía ha sido la única en responder rápidamente a la demanda
del mercado y a un precio más bajo que los demás, porque tiene el departamento
de investigación y desarrollo más grande del mundo. Pero personas que han
trabajado con él tienen otra versión: "Sentía (Gates) que estaba luchando
por la supervivencia de su compañía", escribe Robert Slater en un libro
que explica cómo resistió Microsoft los embates de la justicia. Y eso revela
otra faceta de la personalidad de Bill: es un hombre que defiende su empresa
como una leona a sus cachorros y de una forma cruel. "Es darwinista",
ha llegado a afirmar Rob Glaser, un ex ejecutivo de Microsoft. "Nunca
espera situaciones en las que las dos partes ganen, sino que busca las vías
para que los otros pierdan".
Se le reprueba, también, su estilo brusco de gobernar la empresa y que
haya hecho llorar, incluso, a muchos empleados. "Yo no critico a las
personas, critico las ideas", se defiende Gates. "Si veo que algo me
hace perder el tiempo o que no es apropiado, no me lo guardo, lo suelto
enseguida. Verán que digo muchas veces en las reuniones: esa es la idea más
absurda que he escuchado en mi vida".
De lo que nadie duda es que hoy Microsoft no sólo es la empresa más valiosa en
bolsa sino que tiene muchos negocios y productos. Participa en la MSNBC, el
tercer canal de televisión por cable de EE UU, que además tiene una web del
mismo nombre. Y, por si fuera poco, ha lanzado productos de entretenimiento,
como la XBOX; programas para móviles
y Palms, como el Windows Mobile, y promete seguir
pensando en el futuro.
Gates vive hoy con su mujer y sus tres hijos en una casa en Seattle donde todo
puede ser programable con un mando a distancia. Ha despertado la envidia por su
piscina de mármol, su garaje para 20 coches y su precio: más de 50 millones de
dólares (unos 37 millones de euros). Posee manuscritos valiosos como el Código
de su querido Leonardo Da Vinci, que compró por 30 millones de dólares (22
millones de euros aproximadamente), en 1994.
Admirado, perseguido, criticado y pirateado como ningún hombre de empresa en la
Historia de la humanidad, la revista Fortune dijo
de él: "Se le puede amar u odiar, pero no se le puede ignorar". A
pesar de todo, en una larga entrevista para los archivos del Museo de Historia
de EE UU, Gates resumió su estado de ánimo de esta forma: "En
todos estos años mi trabajo ha sido lo más divertido que podía imaginar".
Uno
de ellos comentó al Seattle Post- Intelligencer: "Nunca recibí
tantas llamadas de teléfono para un estreno en bolsa como en el último mes para
Microsoft". Su empresa comenzó a sacar nuevos programas como agendas,
correos electrónicos, organizadores, pero todavía le faltaba un paso para
llegar a las masas. Eso sucedió en 1990, cuando sacó la versión 3.0 de Windows.
Esta vez era tan sencillo de manejar, que la humanidad entera podía tener un
ordenador. En dos semanas vendió 100.000 copias de dicho sistema operativo. Tres
años después, su éxito era tan apabullante que fue nombrado por Forbes el
hombre más rico de Estados Unidos. Y desde 1995 hasta hoy ocupa el número
uno como el hombre con más fortuna del mundo, un honor que no le hace mucha
gracia porque confiesa que eso le hace ser el centro de atención. En 1999,
poco antes de que estallara la burbuja de internet y un montón de empresas
acabaran estrelladas, la fortuna de Gates sobrepasó durante varios meses los
100.000 millones de dólares (unos 74.500 millones de euros), razón por la cual
la prensa americana acuñó para él solo el término "cienmilmillonario".
Claro
que la gente no tiene en cuenta que la fortuna de Gates se debe a que es
propietario del 45% de las acciones de Microsoft y que sólo tendrá esa cantidad
en la mano el día en que las venda. Hay quien estima que Bill Gates es un hábil
hombre de negocios, pero la verdad es que ese adjetivo le disgusta. Disfruta
más leyendo Breve historia del tiempo, de Stephen Hawking, o la
biografía de científicos como Watson y Crick -los descubridores del ADN-, que
la vida de Henry Ford. "Mire a su alrededor y compruebe si hay algún libro
de negocios en la estanterías", dijo una vez a un periodista que recibió
en su despacho. "¡No los necesitamos!". Eso daría la idea de que Microsoft
es una fábrica autónoma de ideas y de fantasías informáticas. Sin embargo,
muchos expertos acusan a Gates de no haber creado una empresa Revolucionaria
sino "Evolucionaria". Roba ideas de otros y las mejora. De hecho, el
Basic con el que comenzó Gates era una invención de los años 60 de otros
programadores y la verdad es que todos los lenguajes informáticos son
modificaciones de los anteriores. Windows,
su programa más vendido, es una copia del de Apple, y el navegador Explorer, una imitación mejorada del Navigator de Netscape.
Se impone
la ley del más fuerte, sólo los omnipresentes sobreviven
Un
joven vago que…, ni los policías del estado de Nuevo México ni los profesores de
Harvard podían imaginar que ese chico se convertiría en la mayor
fortuna del universo.
Según
la última clasificación de la revista FORBES hasta el año 2015, su fortuna
alcanza los 79.200 millones de dólares (unos 70.126 millones de Euros). Su
ocupación: hacer programas de ordenador. Empresa: MICROSOFT CORPORATION.
Plantilla: 93.000 empleados, en 102 países. Edad: 60 años. Su nombre: William
Henry Gates III, más conocido como Bill Gates. Y, ahora, la pregunta del millón: ¿Cómo
llegó tan lejos aquel chico insoportable que jugaba al póquer en la
universidad?
Fuente de Referencias consultadas:
Carlos Salas
http://www.muyhistoria.es/
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