Un
Emprendedor es un líder que desarrolla una estrategia de negocios definida a corto,
mediano y largo plazo. Es capaz de planificar su agenda y ejecutarla de forma
disciplinada no importando enfrentarse a inconvenientes e incidencias en el
camino, y si es necesario, con astucia e inteligencia acomoda / modifica sus
planes de acuerdo a la situación que se le presente sin perder de vista la
misión que tenía definida.
Algo
notable en este tipo de persona, es que posee el talento de descubrir el
potencial de otros y, de esta forma, aprovecha esa oportunidad para captarlos y
delegarles tareas que él sabe serán productivas para su Empresa. No existe en
él el egoísmo o el celo profesional, ya que, entre más rodeado esté de gente
estratégica e innovadora, más éxito tendrá para alcanzar sus metas y objetivos
que tenía predefinidos con antelación.
Puedes revisar
el artículo Como Emprendedor necesitas más Eficiencia. ¡He aquí algunos tips! – Parte III para continuar
leyendo y comprender esta última parte del tema sobre las Eficiencias de un
verdadero Emprendedor. Continuemos.
Después de una reunión
estresante, tareas secundarias
“Las tareas secundarias
las acometo en huecos libres o cuando necesito desestresarme, como después de
una reunión importante”, reconoce Carlos Alberto Pretel.
Acostumbra a levantar acta de
las reuniones
“Creo que es importante no
acabar nunca una reunión sin conclusiones y sin haber repartido tareas. Una
reunión de hablar por hablar no es una reunión”, resume Alfons Nonell, cofundador de Mind
the Byte, una startup especializada cloud computing para acelerar el I+D+i
de los laboratorios científicos.
“Cuando estamos repasando
en equipo un cambio de proceso complicado o cerrando una negociación difícil,
tengo la costumbre de volver a repetir lo que he entendido sobre la petición de
la otra parte. Incluso si es posible se deja por escrito. De esta forma se
evitan muchos malos entendidos que suelen ser muy perniciosos para todo el
mundo. Levantar acta por escrito de las decisiones tomadas durante una reunión
importante y hacerla llegar rápidamente a todos los participantes. Evitamos
olvidos, se fijan las fechas y los responsables y todo queda muy claro”,
coincide Pretel.
Da prioridad a los efectos a
medio y largo plazo cuando te organices
“Resulta básico
concentrarse en las tareas que van a tener un impacto mucho más directo e
importante en la empresa y en el medio y largo plazo. Creo listas diarias en
una agenda de ‘asuntos para hacer’ que voy marcando según los voy realizando.
Aparte de ayudarme a no dejarme nada olvidado, ayuda al sentimiento de
consecución y de ir avanzando. Cuando estoy fuera de la oficina o no tengo mi
agenda a mano, me lo apunto en el móvil para poder añadirlas más tarde”,
recomienda Luca Carlucci.
El problema de base de los
emprendedores a la hora de adoptar este hábito, según explica el prestigioso
psicólogo Dan Ariely, asesor técnico y
cofundador de la aplicación de productividad Timeful (adquirida por Google en 2015), “está
en que lo que necesitamos ahora, por lo general, está claro, pero no tanto las
necesidades que tendremos después”.
Crea un listado con cosas
nuevas para probar
"Lista de
experimentos: tenemos un listado con todas las cosas nuevas que queremos
probar, cuándo hemos empezado a ponerlas en práctica y cuándo queremos que
finalice la prueba, añadiendo las notas que sean necesarias durante el
experimento”, explican los cofundadores de Animal Clan. Eso, sí, cuando
apruebes un experimento que podría generar conocimiento nuevo, dale tiempo y
recursos, eliminando algún punto de lista de tareas pendientes de las personas
responsables de llevarlo a cabo.
Deja que fracasen
Cuando veas que alguien tiene dificultades con un experimento, reconoce lo difícil que es aprender del éxito y del fracaso. Durante las evaluaciones de rendimiento habituales, valora la capacidad de asumir riesgos sensatos. Que no tengan miedo a equivocarse.
Cuando veas que alguien tiene dificultades con un experimento, reconoce lo difícil que es aprender del éxito y del fracaso. Durante las evaluaciones de rendimiento habituales, valora la capacidad de asumir riesgos sensatos. Que no tengan miedo a equivocarse.
Pon hora de entrada y salida
a las reuniones
"A veces vale la pena
juntar varias reuniones a la vez para gestionar mejor el tiempo y ser más
productivo. Pon hora de entrada y salida. Dejar mucho tiempo entre las
reuniones te penaliza, ya que en muchas ocasiones se alargan innecesariamente”,
recomienda Jorge Mas, que aprovecha su reloj de correr triatlones para fijar
alarmas que le recuerden cuando acaba la reunión.
Todo, claro, sin pillarte
los dedos. “He convertido en un hábito crear huecos entre cita y cita, para no
tener que ir corriendo de un sitio a otro”, reconoce Pilar Jericó.
Una agenda para cada área de
negocio
"A las reuniones, ya
no acudo con una única libreta donde trabajo todas las acciones que realizo,
ahora tengo una por actividad, ejemplo: una para comunicación, otra para
gestión del personal, otra referente a la plataforma”, reconoce Montse Piquer, fundadora de Nidmi, una plataforma digital especializada
en la selección de personal doméstico y cuidadores para la familia. “Más vale
lápiz pequeño que una memoria grande, siempre tomo nota”, añade.
Investiga a tus
interlocutores en redes
"Me gusta buscar a mi
interlocutor en Linkedin, ver su foto, analizar su perfil en base a su pasado
profesional, si es ingeniero la reunión la enfocaré de una forma distinta a si
es psicólogo, por ejemplo. Me fijo en si hay puntos de conexión entre los dos o
contactos comunes. Si consigues ver su perfil de Facebook, obtienes una
información muy valiosa sobre sus aficiones. Es una forma fantástica de poder aprovechar
un momento para establecer ese punto de conexión que relaja la reunión en su
inicio”, comenta Juberías.
Ayuda a negociar
“Es un hábito importante porque te ayuda a enfocar la conversación hacia temas e intereses comunes. Cuanto más conoces a la persona con la que tienes que negociar, mejor te irán las cosas”, apunta Leonard Pera, fundador de Open Ideas.
“Es un hábito importante porque te ayuda a enfocar la conversación hacia temas e intereses comunes. Cuanto más conoces a la persona con la que tienes que negociar, mejor te irán las cosas”, apunta Leonard Pera, fundador de Open Ideas.
Déjate huecos libres en tu
jornada
“He convertido en un
hábito poner huecos libres cuando sé que tengo una temporada muy dura de
trabajo”, propone Pilar Jericó. “El hábito que he desarrollado más
recientemente es el autocuidado. Trabajo con mucha intensidad. Por ese motivo,
después de períodos de muchas horas, incorporo descansos de desconexión.
Intento mantener un nivel de energía constante”, reconoce.
“Hay semanas duras, con un
alto índice de estrés, y pocas horas de sueño, donde sientes que estas a punto
de petar, en algunas ocasiones tienes que saber decir off. El tiempo te lo
autorregulas tú mismo, por lo que si un día tienes que decidir plegar antes y
disfrutar de tus hijos antes o de otros asuntos, puede ser una buena forma de
al día siguiente estar al 200%”, coincide Jorge Mas.
“Piensa que la
productividad depende de las horas en las que estas concentrado y enfocado. Es
cierto que las jornadas de 10–12 horas o más suelen ser frecuentes en la gente
efectiva... siempre y cuando sean, eso, efectivas. Si no estás concentrado es
mejor que tu jornada finalice”, continúa.
Mantén tu curiosidad a raya
durante las horas de trabajo
“Debido al boom que
vivimos en nuestro sector [marketing móvil], existen, cada vez más, numerosos
blogs y artículos en Internet que son interesantes y que me gusta leer para
poder estar al día de lo que hacen otras empresas, encontrar nuevas ideas...
Para no interrumpir mi trabajo, cuando encuentro algún artículo así durante mi
jornada laboral, me lo envío al e-mail personal o a mi eReader y trato de leerlos por la noche tranquilamente”, señala Cremades. Este emprendedor utiliza una
aplicación para luego puedo acceder a ellos desde cualquier dispositivo, móvil,
tablet, o libro electrónico.
Contacta con gente con la que
hace tiempo que no hablas
Este último hábito, lo
reconocemos, no es de un emprendedor, pero no queríamos dejarlo en el
tintero. Adam Grant,
un psicólogo organizacional, y uno de los principales investigadores (desde la Universidad de Wharton) sobre
productividad en el trabajo ahora mismo, tiene una alarma en su agenda
electrónica para ponerse en contacto una vez al mes con alguien con quien haga
tiempo que ha perdido el contacto. Recientes estudios demuestran que los viejos
contactos y los viejos amigos pueden tener más valor que los contactos actuales
a la hora de generar nuevas oportunidades.
Fuente de Referencias:
- http://www.emprendedores.es/
- http://dle.rae.es/ (Diccionario de la Lengua Española - Edición del Tricentenario)
Tremendo tema! Realmente necesitamos cambiar nuestra forma de pensar para alcanzar el Éxito!!!
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