¿Tratas de ayudar a las personas?
¿Piensas solamente en ti mismo? Te interesa
que todo te salga bien, que todo te salga de lujo, siguiendo los planes y
proyectos que te trazas en la vida sin importar cómo a otros les vaya en su
diario caminar?
El traje que compramos, el carro que
adquirimos, la carrera que culminamos, el trabajo que anhelamos, el cuidado tan
preciso a nuestra mascota, entre otras, son cosas que nos pueden llenar de
satisfacción. Sin embargo, la condición de tu vecino y la desdicha del prójimo
a tu alrededor debe también captar o llamar tu atención…, ¿por qué?
Hay un principio muy interesante que
debes tomar en cuenta: “En realidad,
cuando ayudas a los demás, te estás ayudando a ti mismo”.
Sí, aunque muchas veces no lo creas, es totalmente real, es sumamente
importante, ya que una y otra vez que lo haces, te estás dando la mano a ti
mismo. Sin lugar a dudas, es gratificante ayudar a las personas!
Sabes que cuesta lo mismo servir, ayudar
y apoyar a la persona que lo necesita que el no hacerlo. La diferencia solo
radica en la intención y la disposición que uno tenga ante la vida.
¿Porque cuesta lo mismo? Porque en sí,
el ayudar o no hacerlo son oportunidades personales que fortalecen el carácter
y mejoran el autoestima propio que si se hacen bien por uno y si no pues no
pasa nada, o quizá solo se pierde una buena ocasión para sentirse mejor.
Ayudar a las personas, brindar apoyo,
cooperar con las organizaciones, etc., son actos buenos que mejoran la calidad
de vida en general. Pero más allá de ser una buena acción, estas
gestiones benefician directa e inmediatamente a la persona que los realiza.
Una palabra de aliento a una persona que se siente sola o triste, una comida preparada, una sonrisa así como el apoyo económico a una persona necesitada puede cambiar la perspectiva de la vida de cualquier persona; y sin buscarlo, esta acción termina ayudando mayormente a la misma persona.
Una palabra de aliento a una persona que se siente sola o triste, una comida preparada, una sonrisa así como el apoyo económico a una persona necesitada puede cambiar la perspectiva de la vida de cualquier persona; y sin buscarlo, esta acción termina ayudando mayormente a la misma persona.

Cuando uno se voluntaria con el
fin genuino y sincero de ayudar a los otros por gusto y con la pura
intención de dar sin esperar nada a cambio, surge un sentimiento de
satisfacción y hasta de encanto que nutre y enriquece inmediatamente. Las
capacidades personales se mejoran y la sensibilidad se afina logrando que
finalmente todos salgan beneficiados.
Cuando una mujer se apunta para acompañar a su hijo a los paseos de su escuela, participa en todos los eventos y coopera con los maestros, claro que lo hace porque quiere a su hijo, pero en realidad ella también siente satisfacción en sus acciones.
Igualmente, cuando una persona trabaja voluntariamente en una organización y da su tiempo con gusto y dedicación, claro que es una persona ejemplar, con buenos valores y gran sentido de responsabilidad, pero también, aprende, se rodea de personas igualmente influyentes y esa persona también se siente bien consigo misma por poder haber contribuido y aportado algo.
Cuando una mujer se apunta para acompañar a su hijo a los paseos de su escuela, participa en todos los eventos y coopera con los maestros, claro que lo hace porque quiere a su hijo, pero en realidad ella también siente satisfacción en sus acciones.
Igualmente, cuando una persona trabaja voluntariamente en una organización y da su tiempo con gusto y dedicación, claro que es una persona ejemplar, con buenos valores y gran sentido de responsabilidad, pero también, aprende, se rodea de personas igualmente influyentes y esa persona también se siente bien consigo misma por poder haber contribuido y aportado algo.

Siempre que uno da, no se queda con
menos, al contrario se le multiplica y se enriquece, una regla matemática
difícil de explicar. El dar es un acto que carga de energía positiva a las
personas además de que trae luz al mundo que vivimos.
La Receta
Ayuda a las personas y ayúdate a ti
mismo
Ingredientes:
- 1 taza de iniciativa; entender y actuar antes de que te lo pidan
- 1 taza de iniciativa; entender y actuar antes de que te lo pidan
- 2 racimos de sensibilidad; ver con
los ojos de da persona que requiere ayuda
- 1 pieza de creatividad; ingenio para dar
con gusto y dignidad
- 2 cucharadas de bondad; condición básica
para dar, humildad, gusto y compasión
- 1 manojo de alegría; actitud positiva,
con energía que se contagia, satisfacción y agrado
- 1 pizca de amor; cariño y entrega
por la vida y por los demás
Recomendación del chef: Tú puedes hacer la diferencia. No esperes a que
te pidan ayuda para extender la mano, o dar palabras de ánimo hasta que veas
que es lo único que puedes decir, recuerda que tú tienes el poder y la
responsabilidad de hacer la diferencia y ayudar.
Modo de preparación:
Modo de preparación:
1. Ayudar a las personas es ayudarse a sí
mismo. Al auxiliar a otros, uno aprende a
superar los desafíos propios, inspirando y proporcionando herramientas para que
puedan solucionar sus complicaciones. Además, cuando uno vive para servir
desarrolla sensibilidad, bondad y sus atenciones son más
acertadas.
2. Dar y ayudar es la mejor manera de
sentir gratitud. Uno es más generoso
cuando siente que tiene la posibilidad o la capacidad de hacerlo,
por lo que tiende a buscar oportunidades para expresar su gratitud, al
hacerlo le afloran simultáneamente mayores sentimientos de agradecimiento
y satisfacción.
3. Entre más ayudas a las personas, más rico emocionalmente te conviertes; Las posibilidades de dar son ilimitadas cuando se da de corazón y
sin esperar nada a cambio. El universo se achica y las oportunidades se
multiplican.
Ya no esperes
más, comienza ayudar a otros y recibirás la bendición del Dios Omnipotente!
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